“¿Pues cómo ves? El problema fue arreglado mientras estábamos fuera. ¡Al parecer la amistad ha salvado el día una vez más!” –F-ko.
Cuando yo era niña, mi padre siempre me decía que en el mundo no existía tal cosa como la amistad; que uno siempre está solo en el mundo. Yo, obviamente ofendida, siempre le respondía -inclusive algunas veces llorando- que estaba equivocado, y que yo se lo demostraría; pues si yo era una amiga de verdad, entonces alguien más lo sería en el mundo. Y como es de esperarse, a lo largo de mi vida, he contado con amistades ciertamente preciosas: recuerdo a la cómica señorita M. en la primaria, al invaluable señor T. en la secundaria, a la cálida señorita M. en la preparatoria, al engreído señor J. durante mi primera carrera junto con los originales señores K., E. y A; así como a la inigualable señorita K., al talentoso señor H., a la hermosa señorita E. y al único señor L., entre otras. Al parecer he sido bendita con semejante cantidad de amistades, personas que cuya marca en mi vida se havuelto indeleble, y que ciertamente han contribuído a lograr mi meta de probar que mi padre estuvo equivocado, que fueron sus propias experiencias y vivencias los cuales le orillaron a decirme aquello en repetidas ocasiones. Dicen que la vida es una obra de teatro donde uno es el personaje principal y el resto del mundo son personajes secundarios y terciarios que entran y salen de escena conforme la historia se desarrolla. Entonces, es cuando al mirar atrás, me doy cuenta de que al menos en la historia de mi vida, la obra se ha vuelto en un monólogo, y que la interacción con el resto de los personajes es incierta, dejándome buscando más y una sensación de vacío. Talvez mi padre ha tenido razón todo este tiempo y yo he estado siguiendo el débil destello de una ilusión. ¿Pero es así realmente?
La Real Academia Española define “amistad” como: “Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”. Sin embargo, en una leve contradicción, Martín Grosz en el 2007 publicó en su blog un artículo donde dice que la amistad unilateral no existe, que si los sentimientos de afecto y confianza no son recíprocos, no puede haber entonces una amistad; por lo tanto esto descarta la parte de “desinteresada” de ladefinición de la RAE. Yo siempre he sido defensora de esta idea, ¿por qué voy a entregarle a alguien una parte de mi alma, tiempo, esfuerzo, sufrimiento, agonía, empatía, y/o felicidad cuando esa persona no me corresponderá a mí? Es aquí donde la nariz se me vapor los aires y se me alzan las cejas; pero cuando lo pienso por segunda vez, ¿por qué debería hacerlo el otro, si yo no lo doy primero? Entonces me pregunto: ¿quién tiene que hacerlo primero, y a las cuántas veces alguien tiene que responder para saber que soy correspondida? Talvez, el interés es un pre-requisito que ambas partes estén interesadas para después volverse desinteresadas. Suena irónico, pero no descabellado. Y se me ocurren decenas de historias que puedan confirmar donde he mostrado y me han mostrado el interés y el desinterés, como en el señor T. y el señor J.; pero lo que no se me ocurre, es, dónde están ellos ahora.
Continúa Grosz diciendo que la amistad genuina es indisoluble, pues no hay tal cosa como un amigo temporario. Los amigos de verdad pueden tener profundos desacuerdos, pero jamás resultarán tan grandes como para amenazar la continuidad de dicha amistad. Esto me recuerda muchas veces cierta frase que yo solía decirle al señor H, le repetía unay otra vez que, no importaban las peleas que tuviéramos siempre y cuando pusiéramos la amistad por delante de todo. Pero así como también menciona Grosz que a medida que vivimos, cambiamos muchas cosas mas no a los verdaderos amigos, en algún lado del camino tanto el señor H. como yo, que los cambios pesaron más que la amistad y ambos olvidamos cómo cuidarla o perdimos el interés por hacerlo. Fuimos amigos, sí; hay tanto testigos como anécdotas que respaldan el hecho, pero, si fuimos amigos temporarios entonces, puesto que ya no existe más el contacto uno con el otro, ¿eso implica que no fuimos amigos nunca? Y sin embargo no puedo contrariar aquella última pregunta con la evidencia viva de la señorita K. “Antes que el orgullo por tener la razón, siempre se impondrá el afecto, la tolerancia y la aceptación del otro tal como es. [...] Tampoco la distancia amenaza a una amistad verdadera: dos amigos siempre se sentirán cerca uno del otro, se encuentren donde se encuentren, y siempre hallarán la forma de mantener el contacto y la vitalidad del vínculo.” (Grosz, 2007) Creo, entonces, que la señorita K. es la amiga más antigua que he tenido; hemos mantenido contacto constante (si no es que diario) durante los últimos años; y a pesar de la distancia, las diferencias de opinión y las vivencias de la vida, hemos sabido pertenecer al lado de la otra.
Adentrándonos en el post sobre la amistad, me llamaron la atención algunas frases sobre las las cualidades de un amigo genuino.“Entre amigos no hay deudas de favores, porque nadie lleva un registro de lo que se da y lo que se recibe. [...] La amistad supone un máximo nivel de confianza recíproca. Los verdaderos amigos se tienen toda la confianza.” (Grosz,2007) Pero la confianza no lo es suficiente, a veces. Por ejemplo, en el caso de la señorita E., no importa realmente cuántas veces procuré mostrarme abierta a las cosas, mostrarle que, sin importar qué, yo estaría ahí. El miedo (en este caso, infundado, al rechazo) le orilló al silencio y gracias a eso perdí una amistad importante. Uno, sobre la amistad, es persona, y como tal, siente, se enoja, se alegra, y teme; y tiene todo el derecho de equivocarse. Talvez ambas no supimos ser amigas en los momentos duros, pues, de ser así, supongo que ahora no estuviera escribiendo estas palabras. “Si cometió un error, lo consuela, no lo reprende. No intenta imponerle su punto de vista, sino extender el que ya tiene aportando nuevas perspectivas. Lo acepta como es, y no le exige que sea como a él le gustaría que fuera.” (Grosz, 2007) Y este es uno de mis defectos más grandes: tengo la costumbre programada de querer transformar las cosas como yo las siento ideales, olvidándome por completo que la otra persona también viene con su propio set de ideales. Sin embargo, un amigo también reprende, ¿no? después de todo, “las críticas constructivas” también pueden ser una variación de un regaño. Grosz también dice que el amigo genuino es incondicional; en las buenas y en las malas, no está sólo cuando las cosas van bien. Considero que esto eslo más difícil de hacer y que no todas las personas pueden alcanzar este desinterés tan bondadoso; creo que lo que importa es siempre querer regresar.
Añadiría también a la lista dos puntos más: el primero sería saber perdonar. Los amigos ideales no existen, así como la amistad unilateral es una farsa. Somos humanos, y los humanos estamos tan lejos de la perfección tanto como lo están físicamente el cielo del infierno uno del otro. Saber perdonar y anteponer la amistad frente los errores más feos es esencial para el mantenimiento de la amistad. ¿Pero qué tanto es suficiente? A veces, los amigos se tornan personas tóxicas, o peor aún: enemigos. ¿Estas amistades tienen salvación?
El segundo punto es guardar una cierta distancia emocional. Sonará tal vez raro para algunos, pero creo que ese es un factor clave que ha funcionado en mi relación amistosa entre la señorita K. y yo. En comparación con el resto de las amistades, sólo puedo hablar de mi parte al momento de afirmar que yo pequé de amiga asfixiante; no sólo en mi forma de entregar mi amistad, sino en mi personalidad. Sin embargo, entrela señorita K. y yo no existe tal cosa; y es la única amistad que me ha sobrevivido a lo largo de los años donde exista una distancia emocional a la vez que un contacto diario. Y claro, sólo es una observación; no por esto desecho, devalúo o sobrevalúo otras amistades.
No porque haya basado esta reflexión las opiniones de una sola persona quiera decir que ésta es la ley (aunque juego con la idea de que existieran reglas y alguien que las regule); simplemente su entrada me llamó la atención lo suficiente como para querer poner en escrito lo que tengo en mente. Así que, aún no sé con ciencia cierta si mi padre tenía razón o no. Una gran parte de mi se inclina a darle la razón: he vivido situaciones que me han orillado a perder fe en las amistades; y creo entender por qué él me decía todo aquello, sin embargo también he conocido personas que pueden negar esa frase que me decía mi papá y mostrarle que en efecto estaba equivocado. Tal vez no encuentre en este ensayo la respuesta o la paz que busco, eso vendría a lo mejor con el tiempo; tal vez, lo único que puedo hacer para concluir este ensayo, es mencionar la siguiente cita de John Churton Collins: “Nuestros amigos nos conocen en la prosperidad; pero en la adversidad conocemos a nuestros amigos.”
Grosz, M. (2007). ¿Qué es la amistad? Concepto y características. Cómo reconocer a un amigo verdadero y distinguirlo de los falsos. Recuperado el 5 de diciembre de 2010, de http://cajadecambios.blogspot.com/2007/07/qu-es-la-amistad-concepto-y.html.
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Mi querida MadderSky, me encanta como escribes. Me alegra que tu punto haya sido contradecir a tu padre en ese aspecto, sí existe la amistad, sólo que es una de esas cosas tan abstractas que cuando las queremos explicar nos confundimos y damos por hecho que ya no son tal cosa.
ReplyDeleteKeep on writting, my dear :D
Hola, MadderSky. Me alegro de que mi post te haya inspirado tan interesantes reflexiones sobre uno de los grandes y más apasionantes temas de la vida humana, como es la amistad. Cuando escribo que es un tipo de relación "desinteresada", me refiero a que ninguna de las partes mantiene y cultiva el vínculo esperando recibir algo a cambio. No nos hacemos amigos de alguien para obtener una gratificación material o emocional. Eso, justamente, se encuentra cuando ninguna de las dos personas lo busca. El motor de la amistad no es el interés sino el afecto.
ReplyDeleteSaludos desde Argentina!
allo
ReplyDeleteme gusto mucho tu escrito y la cita del final mammasky. animo sigue asi, ya sabes que cualquier cosa aqui estamos para apoyarte =D
karina vera =D
La amistad existe, ¡Claro que sí! Y a veces los que menos esperas son los que estarán ahí para tí y es cuando nos damos cuenta de que hay que valorarlos más, supongo que ésta sería la parte considerada como desinteresada. Suele suceder muy a menudo pero podría tener solución. Lo que más afecta es la distancia que se genera entre nosotros y los amigos, porque puede ser que sea una muy bella amistad, pero, si no se mantiene 'vivo' aquel sentimiento o afecto... podría comenzar a morir. MadderSky no permitamos que nuestra amistad quede en sólo un recuerdo. :3
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