A diferencia del resto de los amargados, yo no odio san Valentín por la mercadotecnia, ni me escondo detrás del "no sólo hoy deberíamos mostrarles a los seres amados que los queremos", no. Yo odio san Valentin por mi propia historia personal; lo odio en la superficie, en el fondo es un día más, como cualquier otro, que pudiera ser bastante agradable y especial si tuviese con quién compartir un sentimiento. Lo odio como protesta. Protesto en contra de muchas cosas: la vanidad, la apariencia física, el fracaso y el éxito; lo odio por las falsas amistades, los corazones rotos del mundo, por mi propio corazon quebrado; lo odio por las desiluciones, por los desamores y los sinsabores; la inseguridad, y el miedo y todos los demonios internos que pueden existir en las obscuridades más profundas de uno mismo, y entre una amistad o un romance.
A veces simplemente pesa más el dolor aunque estés consciente de lo bueno que tienes alrededor.
Así que... no les deseo un feliz San Valentín; es más, le quito las mayúsculas: no les deseo un feliz san valentín. Estoy en protesta.
(Pero ojalá que se la pasen bien, o al menos mejor que yo.)
---------
No comments:
Post a Comment
Note: Only a member of this blog may post a comment.