Mi título es "Forever Alone". El suyo es otro más lindo.

"Pequeñita". "Grandecito". Y yo tengo "Forever Alone".
Me quedo viendo el monitor. Se supone que es sólo un juego. No lo entiendo. Entonces mejor giro la mirada hacia otro lado y te veo a ti. Me conoces hace 4 días y te bastó sólo uno para decirme que me amas. ¿En serio sabes lo que significa esa palabra? ¿Y sabes lo que es amar a una persona como yo? No me conoces. No te conozco. Y la verdad es que se me quitaron las ganas de conocerte. ¿Sabes si quiera cómo se construye el amor? Porque a diferencia de lo que crees, no se regala. No se enciende con un SWITCH. (Y uso esa palabra porque me da la real gana.) Por favor... no me insultes.

"Empanada". "Panquecito". Y yo sigo con "Forever Alone".
Ugh. Están enfadándome sus nicks. Me llegan mensajes a mi privado, a mi WhatsApp, y a mi Face, y son de amigos que me hacen bromas sobre bajarse la bragueta. Mis amigos, que me hacen bromas de toquetearme los senos, de insinuar que soy una puta, de llevarme a un lugar oscuro y violarme, de preguntarme cuándo les voy a mostrar los senos. Pero es broma. Sólo eso; nada serio, porque existe confianza.

"Chocolatito". "Vainillita".  Y yo, chngada madre, todavía "Forever Alone".
Bueno, al menos este otro tipo me gusta, y aunque es igual a los demás, no me siento tan mojigata. Al menos me dedica tiempo y se dice mi amigo. Al menos tenemos un acuerdo que sólo tendremos uno al otro como amigos con derecho, pero sólo eso, sólo es amistad, y a cuentagotas. Lo sé, yo te entiendo. La universidad es pesada. Yo esperaré. Al menos jugamos con reglas. Al menos sé a lo que me atengo. No quiero casarme, pero tampoco quiero ser sólo una pierna.

"Ovejita". "Señor Lobo". Y yo, mejor suspiro, porque ya ni llorar es bueno.
Alguna vez fui yo una ovejita, una pequeñita, una empanadita, un chocolatito. Pero eras hombre prohibido, y todo lo que construi a tu lado sólo fue una ilusión porque a pesar de que lo tuviera frente a mí, era algo que nunca podría tomar ni ser mío. Y encima tenías que denigrarme para que pudieras saber soportar las trivialidades que se presentaban.

"Amorcito". "Mompocito". Chingado, ¿Por qué no me muero de una vez?
Duramos 5 años y fuiste un hombre muy especial en mi vida. Demasiado especial, diría yo. A veces creo que no te he superado del todo. La otra noche que me marcaste, me dijiste que aún te gustaba. Pero te gustaba para follar, porque nos masturbamos por teléfono y al día siguiente no me volviste hablar, como lo prometiste. No me di cuenta que no era más que un booty call hasta dos noches después. Y cuando lo hiciste unas semanas después, fue para venderme una puta taza de los Xolos. Ni un «hola».

"La pelirroja". "El moreno". Sólo llueve sobre mojado.
Cuatro años intensos, donde me hiciste conocer la felicidad más desbordante, la excitación más intensa, y la desolación mas cruda. Yo te di todo... hasta lo que no debe dársele a nadie, era tuyo. Y te hubera dado aún más si estuvieses cerca. Todavía tengo tu M grabada como una cicatriz, la vez que me marcaste a hierro ardiente. Sin embargo admitise tu cobardía. Y cuando por fin... por fin tus conmovedoras palabras y tus hermosos discursos no pudieron alcanzarme más y pude escapar... regresaste... como un zombie. Sin hacer nada, sin decir nada... quedándote en la puerta, como un demonio que me observa dormir por la noche, y me asusta. ¡Pero no esta vez, sabes! Porque cambié. Para bien o para mal, tuve el valor de ponerme de pie y sin prender la luz, mirarte a los ojos y decirte «¡O te vas o te quedas, pero no te puedes mantener en la puerta porque me estorbas!» Y sólo me observaste, mudo, y entonces decidí que ni siquiera quería darte la oportunidad de decidir quedarte. ¡Yo ya no te quería aquí!

Creo que me he vuelto feminazi. Odio a los hombres, y para mi tragedia personal, no soy lesbiana. Odio a los hombres pero a la vez los necesito. Es horrible, odiar a alguien y a la vez quererle cerca. Es horrible necesitar esa compañía pero a la vez tener que empujarlos porque ya estás hasa la madre de todo. Me asquea, encontrar a alguien pero que no sea para mí. ¡Entonces para qué existes tú! ¿Por qué existo yo?

La realizción de mi nueva crisis existencial es deprimente: me he dado cuenta que no tengo un valor personal, que sólo soy un par de tetas y vagina. ¡Ese es mi gran logro! ¡Eso es lo que soy! No soy corazón, no soy amor, ni soy amistad. Sólo un par de tetas y un coño. Y ni si quiera son lindas, mis tetas. Sólo son un par de ubres caídas. No tengo figura, soy amorfa. Soy una masa gigante de pellejo, grasa, estrías y celulits. Pero dicen que tengo ojos hermosos. A veces intento usarlos, como sirena que embruja al marino... pero, ¡oye! Mis ojos están acá arriba, pedazo de idiota.

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