Saturday, April 9, 2011

La prueba de Abraham: la historia no autorizada.

La historia oficial, es esta:

Un día, Dios decidió probar a Abraham para ver si realmente confiaba en Él. Dios le dijo a
Abraham:
-Toma a tu único hijo Isaac, a quien tú amas. Ve a la montaña del monte de Moria. Allí vas a sacrificar a Isaac, es decir, a matarlo, y me lo vas a entregar en ofrenda.
Abraham se levantó muy temprano al siguiente día y puso la montura en su asno, tomó a Isaac y a dos de sus siervos para ir con él. Cortó algo de leña para el sacrificio, y entonces fueron al lugar que Dios les había dicho.
Al tercer día, Abraham miró hacia arriba y vio el lugar a lo lejos. Les dijo a sus sirvientes:
-Quédense aquí junto al asno. Mi hijo y yo subiremos para adorar a Dios. Y después regresaremos con ustedes.
Abraham tomó la leña para el sacrificio y le dijo a su hijo que la llevara; tomó el cuchillo y el fuego después él y su hijo subieron la montaña juntos.
Isaac le pregntó a su padre:
-Padre, ¿dónde está el cordero que necesitamos para el sacrificio?
-Dios nos dará un cordero para el sacrificio.
Finalmente llegaron al lugar indicado y Abraham edificó un altar con piedras. Puso
la leña en el altar y entonces hizo algo muy difícil: amarró a su hijo y lo puso sobre el
altar. Abraham extendió su brazo para matar a Isaac cuando un ángel le gritó:
-¡Abraham! No mates a tu hijo, ni le hagas daño alguno. Ahora Dios conoce que tú le
amas a Él primer lugar.
Abraham alzó sus ojos y miró detrás de el, un carnero atrapado en unas ramas. El
usó éste como un sacrificio en lugar de su hijo, Isaac.
El ángel del Señor llamó a Abraham por segunda vez y le dijo:
-Así dice Jehová: 'Por cuanto no rehusaste darme a tu hijo, tu único hijo a mí, por esto yo cumpliré la promesa que te hice: te bendeciré y multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar. Esto es porque me obedeciste y me
amaste a mí antes que todas las demás cosas.

Sin embargo, esto es lo que realmente pasó:

Un día, Dios estaba sentado sobre su trono de nubes. Era un domingo y por lo tanto estaba muy aburrido. Desde las increíbles alturas, el Omnipresente observó a Abraham, y decidió gastarle una broma, para alivianar su aburrición. Llamó a su ángel e hizo una apuesta con él.
-¿Cuánto a que si le digo a Abraham que mate a su hijo, lo hace?
El ángel del Señor se quedó perplejo; no sabía que decirle.
-Señor, estoy deacuerdo en que Abraham y su familia son devotos de corazón, pero dudo mucho que esté dispuesto a matar a su hijo.
Dios hizo una mueca, sonriendo, pues estaba de acuerdo con el ángel: era un dios de bondad, no un dios de crueldad.
-Nah... a ver, no importa. Ve, y dile que mate a su hijo para mi causa.
El ángel, no queriendo contradecir a dios (no vaya a ser que termine expulsado del Paraíso, como a otros ángeles caídos, pues ya Dios tenía fama de que ese era su castigo favorito), bajó del cielo y se apareció ante Abraham y le envió el mensaje de Dios. Le pidió que sacrificara a su hijo.
Dios estaba pendiente de Abraham, y desde el cielo le veía colocar la montura a su asno, juntar todas sus cosas y llevar a su hijo al monte.
Dios no estaba seguro si lo que Sus ojos veían era cierto, así que llamó a su ángel:
-No manches, mira: creo que Abraham no se ha dado cuenta que era broma.
-Señor, debería ir a decirle que no lo haga.
-No, no, no, espérate -le respondió sumamente intrigado, sin despegar la mirada de Abraham-, no creo que realmente vaya a hacerlo.
Así que Dios y el ángel se dedicaron a observar al anciano como halcones. Cuando vieron que empezaba a atar a su hijo y que estaba sacando su cuchillo, Dios y el ángel entraron en pánico:
-¡Ve y dile que era broma, el muy idiota se lo creyó!
Cuando Abraham alzó el brazo para clavarle la daga al pecho de su único hijo, el ángel se apareció a su lado y le tomó del brazo, deteniéndole.
-¡No mames, cabrón, era una broma!

Para no hacer el cuento más largo, cuando le explicaron a Abraham que había sido una mala jugada y que Dios había decidido hacer las paces con él regalándole un cordero y ofreciéndole bendiciones a cambio de su silencio, Dios y el ángel aún seguían hablando de Abraham y su inocente ingenuidad.
-No creí que realmente fuera a hacerlo -dijo el ángel, por fin descansando de aquel susto.
-Pero no podemos dejar que esto se sepa, ¿qué vamos a hacer si nos preguntan?
El ángel lo observó y torció el labio.
-Ps... ni pedo, hay que decir que fue una prueba de fe y que nos demuestren lo cotrario. Total, va a ser Tu palabra contra la de ellos. Y aquí entre nos, pues... Tú llevas las de ganar.
-Pues si no queda de otra...


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1 comment:

  1. ay, a mi nunca me gusto ese relato bíblico, imagínate que un día el le diga a nuestras madres que nos maten :S
    lo bueno es que aqui no hubo muertes xD

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